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lunes, 30 de enero de 2012

¿Qué es el eneagrama?

-      Antecedentes

El eneagrama es una tipología de la personalidad que mezcla elementos de la mística oriental con la psicología occidental. Procede de un modelo de interpretación muy antiguo del mundo y de los hombres, cuyos orígenes –inciertos- podrían remontarse a los caldeos (habitantes de Caldea, antigua región de Asia). A través de los siglos, fue recogido y transmitido de forma oral por los maestros sufíes (sufismo = rama mística del Islam). A principios del siglo XX, el maestro espiritual Gurdjieff lo introdujo en occidente. Pero no es hasta 1.960 en que el boliviano Oscar Ichazo nos trasmite el conocimiento del Eneagrama tal como lo hemos recibido hoy. A sus cursos asistieron algunos años después, Claudio Naranjo, Robert Ochs y Helen Palmer, entre los más conocidos, los cuales continuaron con su estudio y difusión por Europa y Estados Unidos. En 1.984, apareció publicado el primer libro “El eneagrama: un viaje de autodescubrimiento” y, a partir de esa fecha, se fue haciendo asequible a un público cada vez mayor.

-      Características básicas

El símbolo del eneagrama (del griego “ennea” = 9 y “grammos” = figura) es una figura geométrica que representa los nueve tipos de personalidad fundamentales de la naturaleza humana y sus interrelaciones.  Se usan números para designar los caracteres porque los números tienen un significado neutro, a diferencia de las “etiquetas” empleadas en otros sistemas de clasificación de las personas. Ningún tipo es mejor o peor que otros, son simplemente diferentes, con sus ventajas y desventajas, aunque algunos pueden preferirse a otros en el contexto de una determinada cultura o grupo. Tampoco un número más grande es mejor que otro inferior: no es mejor, por ejemplo, ser un nueve que un tres por el mero hecho de que el nueve sea mayor que el tres.

Cada tipo posee unas “virtudes” y unos “defectos”. Es decir, unas fuerzas que le impulsan hacia arriba, hacia el crecimiento y el desarrollo personal, y otras que le impulsan hacia abajo, hacia comportamientos más conflictivos. Del equilibrio entre ambos, surgen las diferencias individuales dentro de cada tipología así como el grado de madurez emocional de cada persona. O sea, dentro del mismo carácter o eneatipo podemos estar más “evolucionados” o menos, según que tengamos más desarrolladas unas características u otras de nuestra personalidad.

En próximas entradas de este blog, hablaremos de los diferentes tipos de personalidad según el eneagrama, del 1 al 9.

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