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jueves, 26 de abril de 2012

Acercarnos a los demás y "romper el hielo"


A veces, no sabemos cómo “romper el hielo” en un encuentro con personas desconocidas y tendemos a aislarnos o/y a esperar que sea el otro quien tome la iniciativa. Por ejemplo, en una fiesta en la que no conocemos a casi nadie. Debra Fine, en su libro “saber qué decir”, enfatiza que las conversaciones informales pueden ser muy importantes para establecer empatía con la gente y una puerta de acceso a relaciones más profundas (después de todo, nuestro mejor amigo/a o nuestra pareja alguna vez fue un perfecto desconocido/a para nosotros) y nos da algunas sugerencias para superar ese tipo de bloqueos y ampliar nuestro círculo de amistades:
-     En situaciones seguras, trata de conversar con desconocidos. Preséntate o/y di alguna cosa intrascendente para mostrar tu apertura al otro/a. Por ejemplo, si estás asistiendo a una cena con un grupo de gente, puedes dirigirte a alguien que no conoces, y que te parezca accesible, y decirle: “Hola, me llamo X… Encantado de conocerte… ¿Y qué?, ¿tú también es la primera vez que vienes por aquí o ya conoces a mucha gente?”. O en el ascensor: “Uff!, qué calor hace hoy, ¿verdad?”, etc. Lo que digas puede parecer banal pero, en realidad, se trata únicamente de mostrarle al otro/a tu deseo de establecer contacto animándole a que él/ella también lo haga si lo desea. No quieras empezar la casa por el tejado diciendo algo muy interesante o brillante pues, en este caso, probablemente sólo parecerías pedante o poco espontáneo.
-     Hazte visible, no te escondas. Piensa que la timidez puede ser confundida con arrogancia (sobre todo, si eres el tipo de tímido/a que controla sus reacciones fisiológicas: rubor, nerviosismo, etc.)
-     Intenta recordar el nombre de la otra persona. Llamar a los demás por su nombre demuestra tu interés en ellos y les hace sentirse acogidos. Utilízalo inmediatamente, para recordarlo mejor. Y si te olvidas de alguno, no disimules y vuélveselo a preguntar con toda naturalidad: “Perdona, ¿me has dicho que te llamabas…?” No utilices diminutivos de los nombres y procura pronunciarlos correctamente.
-     Cuando hables, intenta mirar a la cara a la otra persona y acompaña tus palabras de una sonrisa y/o de un gesto cariñoso.
-     Piensa en los demás como personas que pueden aportarte cosas, abrir nuevas dimensiones a tu vida y no como individuos a los que debes temer.
-     Piensa que los demás también tienen sus propias inseguridades, o/y pueden ser igual de tímidos que tú o más. Y que quizás están deseando que alguien se les acerque. Y que si tú siempre esperas a que sean los demás quiénes tomen la iniciativa, en realidad, estás comportándote como un/a egocéntrico/a, pues estás poniendo tu propia comodidad por encima de los demás.
-     Finalmente, piensa que las cosas buenas les suceden a quienes van a buscarlas, y no a quienes “miran los toros desde la barrera”.

lunes, 23 de abril de 2012

¿Qué es la codependencia?


La codependencia es una forma específica de dependencia emocional que se produce en algunas personas que tienen un relación importante con una persona víctima de cualquier tipo de adicción (o, por extensión, un problema psicológico importante), y que permiten que la conducta de esa otra persona les afecte de una forma poco sana. Suelen estar obsesionadas en controlar la conducta del otro/a, cuidarle, protegerle o/y “curarle” o “rescatarle” hasta límites autodestructivos: es como si esperara convertir al sapo en príncipe, o devolver a la bella durmiente a la vida, con la fuerza de su amor (sólo que en la vida real pocas veces las cosas suceden como en los cuentos). La otra persona puede ser un/a amante, un amigo/a, un hermano/a, un hijo/a, un padre, etc. Inicialmente, el término “codependencia” se aplicaba solamente a parejas de alcohólicos.

De esa manera, el codependiente se encuentra atrapado en un conflicto emocional que le obstaculiza el desarrollo de sus actividades cotidianas, le aparta de las relaciones con otras personas,  le desestabiliza anímicamente y le suele provocar a la larga un fuerte resentimiento hacia el otro/a (al que espera ver cambiar y no lo hace) y un estado de desesperanza y frustración que puede desembocar en crisis de ansiedad, depresiones, etc. Si no se “desengancha” de esa relación/ adicción va perdiendo, poco a poco, el control de su vida, convirtiéndose en un adicto/a del otro adicto/a (o persona emocionalmente inmadura y/o con problemas importantes de personalidad u otros). De alguna manera, en su afán por cuidar/ cambiar / curar al otro, pierde la capacidad de cuidar y responsabilizarse de sí mismo/a.

Si quieres ampliar la información sobre ese tema, te recomiendo la lectura de algunos libros (el último solamente lo encontrarás en bibliotecas, o de segunda mano):

-     Mujeres que aman demasiado (Robin Norwood)

-     La codependencia (Pia Mellody)

-     Ámale sin dejar de quererte (Beverly Engel)

miércoles, 18 de abril de 2012

La parábola de la catedral

Cuentan que entrando en la ciudad de Chartres, un peregrino se encontró a un hombre picando piedras, malhumorado.

-       ¿Cuál es tu trabajo?-  Le preguntó el peregrino

-       Ya lo ve, pico piedras. Tengo sed, me duele la espalda, tengo un trabajo agotador -, le contestó aquél.

El peregrino, no conforme con la respuesta recibida, siguió caminando y le formuló la misma pregunta a otro hombre que también picaba piedras:

-       Mire, yo me gano la vida con este trabajo – le respondió el segundo hombre

Más adelante, se encontró con una tercera persona que estaba haciendo el mismo trabajo y sonriendo. Le preguntó lo mismo.

-       Estoy construyendo una catedral – le respondió ilusionado el tercer hombre

viernes, 13 de abril de 2012

El "fracaso" no anula el sentido

Como muy bien explican Anna Forés y Jordi Grané en su libro “La resiliencia”, el fracaso (o lo que entendemos por fracaso) no anula el sentido. Para comprenderlo, hay que diferenciar éxito –en el sentido convencional del término, es decir, la consecución de un objetivo que nos hemos propuesto-  de sentido. Algunos de nuestros proyectos o acciones no tienen éxito, es decir, no producen el resultado que esperábamos, pero eso no significa que estén desprovistos de sentido. Por ejemplo, yo puedo intentar ayudar a alguien y no conseguirlo pero aún así tener sentido lo que he estado haciendo. O puedo llevar una vida desprovista de éxitos convencionales (como una casa, una profesión exitosa, una familia, hijos, riquezas, etc.) pero haber alcanzado una profunda paz interior u otros logros menos materiales, o simplemente “sentir” que mi vida es valiosa, sin más y/o, todavía más sencillo, ser capaz de levantarme (casi) todos los días con ilusión. El sentido es mucho más importante y nos enriquece mucho más que el éxito. Ahora bien, si conseguimos los dos… es aquello de que a nadie le amarga un dulce, claro.

Para los/las que queráis profundizar más en este tema, os recomiendo el excelente libro de Víktor Frankl “El hombre en busca de sentido”, un fragmento de la biografía de un hombre que habiendo estado preso durante varios años en campos de concentración nazis y habiendo sobrevivido a la muerte de toda su familia en esos campos (sus padres y su esposa), fue capaz no sólo de conservar la ilusión por la vida sino de difundir su experiencia en múltiples foros internacionales, escribir más de 30 libros y crear una psicoterapia basada en la búsqueda del sentido de la vida. La esencia de lo que predicó está contenida en la famosa frase de Nietszche “quien tiene por qué vivir, es capaz de soportar cualquier cómo”.

No puedo resistirme a citar algún pasaje del libro:

-       “Una tarde… uno de los prisioneros entró corriendo para decirnos que saliéramos al patio a contemplar la maravillosa puesta de sol y, de pie, allá fuera, vimos hacia el oeste densos nubarrones y todo el cielo plagado de nubes que continuamente cambiaban de forma y color desde el azul acero al rojo bermellón, mientras que los desolados barracones grisáceos ofrecían un contraste hiriente cuando los charcos del suelo fangoso reflejaban el resplandor del cielo. Y entonces, después de dar unos pasos en silencio, un prisionero le dijo a otro: ¡qué bello podría ser el mundo!”

-        “El sentido de la vida difiere de un hombre a otro, de un día para otro, de una hora a otra hora… Cada uno debe llevar a cabo un cometido concreto”

lunes, 9 de abril de 2012

¿Demasiadas opciones para ser felices?

Barry Schwartz en su libro “Por qué más es menos”, cuestiona la idea de que la superabundancia de alternativas (frente a cualquier cosa que queramos comprar o hacer) propia de los países “ricos” nos aporte mayor felicidad. Parece evidente, nos dice, que si poder elegir es bueno, entonces tener más opciones será mejor. Pero, ¿podría no ser esa libertad de elección tan fantástica como se cree?.

Según el autor, y personalmente estoy de acuerdo con él, demasiadas alternativas pueden influir negativamente en nuestra felicidad. Y ello sería así por varios motivos:

-     Aumenta nuestro nivel de responsabilidad.

-     Las decisiones exigen más esfuerzo, nos generan más dudas (que nos pueden crear mucho estrés o, incluso, paralizar). Y, a pesar de todo, no garantizan una mejor elección pues, a menudo, no somos capaces de valorar adecuadamente todas las variables que intervienen (entre otras cosas porque no somos expertos en todo, puede haber mucha información que desconozcamos, nos podemos dejar manipular por mensajes engañosos, podemos interpretar mal algunos datos, nos puede faltar experiencia en el tema, etc. etc.) lo cual es especialmente cierto en las decisiones más complejas.

-     Cada elección que hacemos cierra otras muchas puertas que nos gustaría dejar abiertas. Si nos ”equivocamos”, sentimos que perderemos mucho. Y podemos equivocarnos más, indudablemente, al tener más opciones.

-     Una vez hemos elegido algo, aunque la elección sea razonablemente buena o, incluso, la “mejor posible” (si realmente pudiera sacarse esta conclusión alguna vez), podemos quedarnos insatisfechos pensando que podríamos obtener (o haber obtenido) algo mejor lo cual, ciertamente, no nos genera satisfacción ni nos deja disfrutar de lo que tenemos, como tampoco nos impulsa a trabajar para “reparar” lo que no funciona o mejorar lo que sería mejorable.

-     Algunos investigadores de ciencias sociales dicen que una de las consecuencias de dejar opciones abiertas es que la gente está menos satisfecha con sus decisiones. Por el contrario, si una  decisión es irreversible, nos obligamos a nosotros mismos a sentirnos mejor con la elección que hemos hecho.

Conclusiones:     a) contrariamente a lo que muchos de nosotros creemos (o nos han hecho creer), más puede ser menos en algunos casos,     b) Lo “suficientemente bueno” es “suficientemente bueno” y quizás con eso podemos ser felices si nos lo proponemos. Lo (supuestamente) mejor quizás no sea tan bueno o, simplemente, no lo necesitamos. Entonces, ¿para qué estresarnos tanto?

Como nota humorística, Barry Schwartz plantea la paradoja de poder elegir (en EE UU) entre un millar de variedades de zumo de naranja, pero sólo entre dos candidatos presidenciales.

Si quieres saber más, puedes leer el libro (en bibliotecas únicamente pues está descatalogado) o ver una entrevista que Schwartz concedió hace unos años en http://www.ilustrae.com/ilustrae/2009/04/entrevista-con-barry-schwartz-autor-de-paradox-of-choice-.html La entrevista está en inglés, pero está traducida al español en esta misma página (no en el vídeo sino más abajo en el espacio de los comentarios)
 

viernes, 6 de abril de 2012

Tipos de personalidad en el eneagrama: NUEVE

. Son conciliadores, bondadosos, buscan la armonía y la evitación de conflictos. Saben escuchar y son buenos mediadores, pero les asusta la confrontación y les cuesta decir “no”. Se pueden poner fácilmente en el lugar de los otros, pero tienden a desconectarse y olvidarse de sí mismos , fusionándose con los deseos de los demás. Necesitan tiempo para tomar decisiones y detestan que se les presione. Les gusta la tranquilidad, la armonía, la comodidad y una cierta rutina. A menudo les cuesta diferenciar lo importante de lo secundario y tienen tendencia a una cierta indolencia y a postergar. En ocasiones, pueden “anestesiar” sus sentimientos  o mitigar su ansiedad comiendo o bebiendo en exceso, estableciendo rutinas o entreteniéndose con cualquier cosa.

. En general, les conviene aprender a expresar las opiniones propias y afrontar de manera constructiva los conflictos y las diferencias en lugar de evitarlos para no destruir la “armonía”, darse cuenta de cuando empiezan a anestesiarse para desviar su atención de algo importante pero que les incomoda, aprender a establecer prioridades y tomar decisiones evitando perderse en cosas no esenciales y establecer límites y plazos para sus proyectos.

Para más información àver entrada 30/1/12 “¿Qué es el eneagrama?”


lunes, 2 de abril de 2012

Tipos de personalidad en el eneagrama: OCHO

. Son viscerales, impulsivos, directos, dominantes. Por lo general, han desarrollado excesivamente su agresividad y su lado duro, en detrimento de su lado más tierno y sensible. Les gusta tener control de las situaciones  e imponer sus propias reglas. Son combativos , pasionales y capaces de tomar decisiones rápidas.  Se abren camino por la fuerza y tienden a saltarse las prohibiciones y los límites.  Sienten una gran energía que se manifiesta, sobre todo, a través de la ira. A menudo, buscan la confrontación para conocer las motivaciones del otro y saber dónde situarle, como amigo o como enemigo. El asunto central para ellos es: “¿quién tiene el poder?” Son muy fieles con sus amigos y les gusta defender a los débiles. Demuestran su afecto protegiendo, no a través de la ternura aunque tienen un gran corazón.

. En general, les conviene aprender a controlar la ira y a dejar que se exprese su parte más vulnerable, su lado más femenino y sensible, escuchar más los sentimientos –propios y ajenos-, aprender a mirar a los demás con ojos más confiados en lugar de acorazarse, darse cuenta de que las cosas no son en blanco y negro y que cada cual puede tener su parte de razón y adaptarse más a las personas y situaciones sin querer tener el control de todo.

Para más información àver entrada 30/1/12 “¿Qué es el eneagrama?”