S/ Richard Koch, autor del libro
“El principio 80/20”, el 80 % de las consecuencias se originan en el 20 % de
las causas o, lo que es lo mismo, el 80 % de los resultados que obtenemos
proceden del 20 % de nuestros esfuerzos. Ejemplos: 1) Para la mayoría de empresas, el 80 % de
los beneficios proceden del 20 % de sus clientes, 2) El 80 % de veces, nos ponemos sólo el
20 % de la ropa que tenemos (siempre la misma), 3) El 80 % de la “sustancia” de un libro
puede encontrarse en el 20 % del texto
Entonces, si queremos lograr más con
menos (frase de moda en tiempos de crisis), debemos identificar estas fuerzas o
factores que componen ese 20 % esencial. A partir de ahí, podemos: a) Intentar multiplicar ese 20 %, b) Hacer más productivo el otro 80 % o
simplemente eliminarlo o dejarlo de lado.
La pregunta básica es, pues: ¿qué
20 % conduce al 80 %?, ¿cuáles son las pocas contribuciones o causas
fundamentales, en contraposición con las muchas triviales?
Se trata, en suma, de:
-
Buscar el atajo, en lugar de efectuar todo el recorrido.
-
Ser selectivo, en lugar de ser exhaustivo
-
En todas las áreas importantes de nuestra vida, descubrir
qué 20 % del esfuerzo puede conducir al 80 % de los resultados.
El autor aconseja también:
-
Perseguir la excelencia en unos pocos ámbitos, en lugar
de un buen rendimiento en varios
-
Delegar o “externalizar” en la medida de lo posible todas
aquellas tareas tediosas o rutinarias, que no nos aportan gran cosa y procurar
hacer únicamente aquello que hacemos mejor y con lo que disfrutamos más
Pregunta de evaluación: ¿cuál es
el 20 % esencial de esa entrada de blog que acabas de leer? Fíjate que del 20 %
que sale siempre puedes extraer nuevamente el 20 % más valioso y así
sucesivamente hasta el infinito. De esta manera, podríamos llegar a resumir el
Quijote en una sola frase (pero tampoco hay que pasarse, ¿verdad?)
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